Está saliendo el sol...

Desde la terraza de mi casa, me acosté mirando al cielo. Buscando la luz del Sol. Volví para sentarme al borde, con los pies colgando. Sentí una cálida brisa que como una caricia me hizo recordar a la primavera pasada. Disfruté de ese vientito unos instantes pero volví a recostarme; esta vez sobre mi panza. Tapandome la cara de la belleza del Sol que ahora solo sentía que me quemaba lentamente. Sí, una pequeña brisa me trajo recuerdos de amor y dolor. 

Pero de algún modo creí que podía volar, podía hacerlo. Y salté. Desplegando mis alas para caer bien parada. Pero donde se encuentran? Salgan a tiempo! Por favor... Cerré los ojos con la mayor fuerza que pude. Cuando me di cuenta, la brisa de mi cara se había ido. Volvía a encontrarme acostada mirando al Sol... Mirando esa luz, que tanto necesitaba encontrar.