Voy a serte sincera sin dar vueltas como suelo hacerlo, la verdad me duele más de lo que puedas imaginarte y lo digo en serio. No es otro tonto juego al que no puedo ganar. Es de verdad; te amaba. Perdí como en la guerra jugando con fuego. Me quemé hasta las venas intentando tenerte e intentando olvidarme de vos, sabiendo que iba a ser difícil. Pero los días pasaron y acá estoy de vuelta. Entera en cuerpo y alma. Sanando quemaduras y heridas profundas.
Hace unos días me puse a pensar en vos, pero no pude. No porque no quisiera sino porque ya no recuerdo el sonido de tu voz, tu sonrisa es solo una nube más que pasa por el cielo, olvidé como te veias, tu forma de vestir, tu cara que antes recordaba cada noche, no sé quien eras, ni quien sos. No sé nada de vos, me olvidé de todo lo que fuimos. Me olvidé de vos y aún así sigo sintiendome vacía. Como si necesitara más de lo que nunca tuve.
Fue peor probarlo alguna vez y no poder vover a tenerlo que nunca haberlo probado.
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